La cisterna Yerebatan, que es la más grande de las 60 cisternas que fueron construidas en Estambul durante la época Bizantina, está situada frente al museo de Santa Sofía. Según la historia, como no había agua dulce suficiente dentro de las murallas que rodeaban la ciudad, durante siglos la traían de las fuentes y ríos desde el bosque de Belgrado, a unos 25 Km. de distancia. Durante los asedios, los enemigos destruían los acueductos o envenenaban el agua, por eso se vieron obligados a depositar el agua potable en estas cisternas y, de este modo, utilizarla en caso de necesidad.
La cisterna de Yerebatan, construida en el año 532 en pocos meses, era el lugar en donde depositaban el agua traída a través del acueducto de Valente. Fue utilizada hasta el siglo XIV y restaurada a mediados del siglo XIX, ya que durante mucho tiempo en la época otomana no fue utilizada. Para su construcción se utilizaron diferentes tipos de columnas romanas de distintas épocas. Consta de 336 columnas repartidas en 12 hileras de 28 y situadas a 4 metros unas de otras y nos recuerda a un bosque de columnas. Ocupa un área de 10.000 m2, tiene 8 m de altura y aproximadamente su capacidad es de unos 80.000 m3.
He virado el color de la imagen para restar protagonismo al naranja de las luces y dar más realce a la piedra, de verdad os aconsejo que si visitáis Estambul, cuando estéis cerca de Santa Sofía, os permitáis una hora de vuestro tiempo para adentraros en el subsuelo de la capital
A la salida de la cisterna os encontrareis de frente con Santa Sofía, una de las joyas de la ciudad de Estambul, aunque su nombre lo dé a entender, no es por la Santa católica, en realidad es la Iglesia de la Divina Sabiduría o Hagia Sophia, dedicada a la segunda persona de la Trinidad, considerada una de las obras cumbre del arte bizantino.
Este magnifico templo fue construida del 532 al 537, durante el mandato de Justiniano en Constantinopla, capital del Imperio bizantino (hoy Estambul, Turquía).
Sus arquitectos, Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, cubrieron el edificio, de planta casi cuadrada, con una cúpula central sobre pechinas. Ésta reposa sobre cuatro arcos, sostenidos a su vez por cuatro columnas. Dos semicúpulas hacen de contrafuerte.
Fue utilizada como iglesia cristiana durante casi mil años, desde su construcción en el año 537 hasta la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453, momento en que fue convertida en mezquita. En 1935 fue convertida en museo.
Fue construida en tan sólo cinco años durante el imperio de Justiniano.
Justiniano, según su cronista oficial Procopio de Cesárea, al ver Santa Sofía terminada exclamó: «Salomón, te he superado».
Y desde Santa Sofía, veréis ya a la salida la majestuosa imagen de la Mezquita azul, una autentica maravilla se la mire por donde se la mire.
Texto y fotos; Miguel Adrover Caldentey
Olá amigo
ResponderEliminarMuito linda suas fotos, deve ser uma lugar realmente bonito.
Um abraço
Cuanta belleza e historia!!!!
ResponderEliminarNamasté Madroca!
Hola Miguel!! Interesantísimo. Las fotos muy buenas. La histrora y la belleza hacen un post maravilloso.
ResponderEliminarBesosssss
LUGARES PRIVILEGIADOS, QUE UNO DEBERÍA VISITAR POR LO MENOS UNA VEZ..
ResponderEliminarUN ABRAZO, MADROCA!
PD: LA "JEFA" PUBLICÓ HOY EN EL PAÍS DE LOS BOSQUES,
http://kamariaaamori.blogspot.com/2010/05/cara-descubierta.html
Me has llevado a lugares comunes. Mi visita a Turquía me trae buenos recuerdos. Muy bien reflejada en tu post. Bellas fotos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz finde
¡Qué vida te pegas chaval!. Disfruta y sigue disfrutando. Me encanta!!.
ResponderEliminarBesos
Hola amigo.. que belleza nos traes amigo... gracias.. un besote de bello fin de semana
ResponderEliminarCuanto mundo, madroca!
ResponderEliminarSaludos.