Durante este fin de semana se han celebrado en Badajoz los actos centrales del Día de las Fuerzas Armadas, vaya por delante mi admiración hacia los profesionales que componen los diversos cuerpos de los ejércitos, su compromiso y su ardua labor muchas veces sin reconocimiento por parte de la administración, y otras muchas criticada únicamente por obedecer ordenes de personal no cualificado.
Pero hoy, quiero aprovechar este espacio para lanzar una critica no contra los integrantes de las Fuerzas Armadas, ni contra los militares, ni mucho menos, (bueno, a los integrantes del S.A.R de Baleares que utilizaron aeronaves del escuadrón 801, un avión de salvamento y un helicóptero Puma para transportar invitados, entre ellos el jefe del escuadrón, el teniente coronel Fernando Delgado, a una boda en Formentera, si deseo hacer extensiva esta crítica, pero como ellos deberán responder ante sus superiores ya tendrán suficiente), pero no, como decía, no es mi critica hacia ellos, mi critica va contra los gobernantes, contra los ministerios, contra los políticos que hacen de este día una demostración ostentosa del poderío militar de cualquier país, este fin de semana de España.
Y si os preguntáis el porqué de mi critica, os lo diré claramente, porque encuentro indecente, rayando la inmoralidad que un país como el nuestro, en una crisis galopante y a la quién nadie puede ver el fin por ahora, con unos dirigentes que claman por la contención del gasto público, del privado, del habido y del por haber, que recortan prestaciones sociales a los pensionistas sin preocuparles que con 480 euros nadie puede llegar a fin de mes hoy en día, o recortes en los funcionarios como si ellos fueran los responsables del quebranto de la economía española, pues no entiendo como esos mismos dirigentes, políticos, gastan alegremente parte de nuestro patrimonio, desplazando hasta Badajoz a 1300 militares, varios escuadrones del ejercito del aire, navíos, fragatas y corbetas de la armada, destacamentos de las unidades motorizadas, carros de combate, y toda la parafernalia militar que conlleva el desfile.
¿Quién paga todo este gasto?, ¿quién autoriza este dispendio?, no sería mejor aportar más medios a los miembros del ejercito español desplazados a países lejanos en misiones humanitarias, o dotar con mejor tecnología y carros con blindaje suficiente para no morir en una emboscada en Afganistán, no hubiera sido suficiente que en vez de tanta parafernalia se hubiera dado voz a todos los destacamentos militares que están lejos de nuestro país, en África, en Haití, en tantos sitios y destinar hacia mejorar sus posibilidades esos millones de euros que habrá costado el desfile.
La verdad, no sé que se busca con esa demostración armada, no creo que sea impresionar a los demás países, no creo que sea impresionar a nuestro propio pueblo, creo más bien que es un escaparate para poder lucir y fardar de ejercito y de control sobre el mismo, pero donde deberían dejar que se lucieran los militares es en las zonas de operaciones, y para ello necesitan los mejores materiales, la mejor seguridad y los mejores medios.
Quizá alguien algún día se dé cuenta de que con lo que ha costado el desfile se podrían haber comprado no se cuantos hospitales de campaña, se podría haber ayudado a un gran numero de personas, se podrían haber hecho llegar más alimentos, o se podría haber financiado docenas de pozos para agua potable en las zonas más pobres.
Quizá ese mismo día, esa misma persona se dé cuenta que esos vehículos blindados de última generación que tan orgullosos enseñaban sobre el asfalto de las avenidas, si en vez de estar aquí hubieran estado al servicio de la base española en Afganistán, quizá hubieran evitado la muerte de varios soldados que han perdido la vida por no disponer de vehículos con un blindaje suficiente, vehículos desfasados y demasiadas veces sin la seguridad necesaria para las misiones que deben realizar.
Ojalá ese día, ese alguién, tome una decisión y sea lo suficientemente valiente para llevarla a cabo, demostrando que realmente nuestras Fuerzas Armadas están acorde con los tiempos actuales, que dejemos de verlas como un ejercito y las podamos ver como lo que realmente son.
Texto; Miguel Adrover Caldentey
Fotos; Google images