Después de unos días de sol de nuevo me he dedicado a una de mis aficiones, la fotografía de los pájaros que alegran los alrededores de mi hogar, horas de espera para que acudan a la charca a beber o a bañarse.
Es como una terapia, puedo reflexionar conmigo mismo desde un punto equidistante entre la mente y el corazón, me sirven de excusa para que mis pensamientos se liberen y descubra la belleza que me rodea.
En esos momentos soy parte de esa fauna libre, con sus miedos y sus alegría, y quería compartirlo con vosotros, compartir parte de la alegría que a mi me aportan, compartirla contigo, Malena, que en estos momentos sufres, compartirla contigo Musaraña deseándote lo mejor para tu padre, contigo Jauroles, por tu amistad, al igual que tú, Escarcha, por tus textos llenos de misterio y tus siempre agradables comentarios, contigo Lourdes, siempre acercándonos al misterio de la vida con tus maravillosas imágenes, contigo, Gabriela, por la elección de los textos que nos regalas, Javier Alonso, enseñándonos siempre esa naturaleza que habla, Nonis, alma sensible y contigo querida María, mano amiga a la que tanto me aferro y que con tu sensibilidad me abres siempre nuevos horizontes llenos de luz.
Y con todos vosotros, Cas, Capri, Abedul, Kokran, Alegría, Yo, Meg, Pau, Balovega, Madame Minuet, Taty, Limniade, Semi, S., Cordoba y los muchos más que en estos momentos me olvido y que os acercáis hasta este rincón dejando vuestros destellos como esos pájaros dejan los suyos a mí alrededor.
Ellos se acercan, me regalan su belleza, su canto, su alegría, vosotros me regaláis vuestros comentarios, vuestra presencia, vuestra amistad.
Sencillamente a todos, GRACIAS
Texto y fotos; Miguel Adrover Caldentey