En mis 21 años trabajando en prensa, lo que más temo todavía es que el numero identificativo de la sección de sucesos aparezca en mi móvil, siempre es sinónimo de malas noticias y de trabajos demasiadas veces en situaciones complicadas, y en los que muchas veces me siento incomodo, ya que estas cubriendo informativamente la tragedia de otra gente.
Por eso cuando ayer a la tarde me llamaron de redacción ya sabía lo que me iban a encomendar, una vecina de Cala D’or, (Mallorca) llevaba desaparecida de su domicilio desde el domingo por la tarde, Isabel, de 82 años, había salido a la tarde para asistir a misa, y no había regresado a su casa.
El mismo lunes un intenso operativo de búsqueda había rastrado parte de las zonas donde se creía podría estar, confirmando que una testigo había hablado sobre las once de la noche, mientras caminaba en dirección opuesta a su domicilio, pero que la había encontrado tranquila, habían cruzado unas palabras de saludo y poco más, que no había dado importancia al hecho pensando que era una vecina de la zona.
Desde redacción se me comunicó que esta mañana, a las nueve se reabriría la búsqueda y que el mando operativo se situaría en un enclave al que debía acudir para seguir la noticia fotográficamente a la espera de que hubiera novedades. Mientras estaba hablando con el coordinador del 112 ha saltado la noticia, un jardinero había encontrado a la mujer, todos hemos quedado en silencio, esperando el fatal desenlace, llevaba dos noches y un caluroso día a la intemperie. El júbilo ha saltado al comunicar el primer grupo que ha llegado que Isabel estaba con vida, consciente y aparentemente en buen estado.
Cuando he llegado al lugar he podido comprobar que efectivamente, ella se hallaba bien, se había extraviado, había perdido la orientación y había caminado en dirección contraria, cuando se dio cuenta de su desorientación había intentado retroceder lo caminado llegando hasta una zona desconocida, se había encontrado en una zona sin salida, y después de una caída había perdido más si cabe su ubicación.
Finalmente ya ayer se había refugiado a la sombra en un jardín privado y había escuchado las voces y los rastreos de los grupos de búsqueda, pero su desfallecimiento era tanto que le había sido imposible comunicar su posición, no tenía fuerzas para poder levantar la voz.
Esta mañana un jardinero, la había encontrado al abrigo de unos setos, exhausta, magullada, con alguna pequeña herida, pero viva, consciente y feliz de poder volver a ver a su familia.
Hoy mi trabajo se ha convertido en una gran alegría, poder comprobar que aunque a veces todo el pesimismo nos apunte a una tragedia, puede haber un final feliz.
Texto y fotos; Miguel Adrover Caldentey
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Pues así esperemos que sea.
ResponderEliminarUn beso
cruzo los dedos!!
ResponderEliminarun beso enorme!!
Una vez más .. los milagros existen , pequeños , grandes .. pero ahí están .
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana
nos vemos
gajes del oficio, que por suerte hoy tuvieron un buen final!!!!
ResponderEliminarte dejo un afectuoso abrazo. (y fuerza para ese trabajo, lo necesitas!!!)
Hola Miguel!! Imagino tu sentimiento amigo, pero con el final me has alegrado el día.
ResponderEliminarBesosssss
Entiendo que el corazon se encoja a la vision de ese número de la seccion de sucecos, y, por muchas veces que suene, probablemente nunca pueda encallecer.
ResponderEliminarMe alegro de que fuese un final feliz, uno se queda satisfecho, emocionado y feliz ante un desenlace asi, no cabe duda.
Un fuerte abrazo y que sigan siendo finales felices :)
Olá amigo
ResponderEliminarÉ muito bom quando a situação tem um final feliz, como foi esse o caso narrado por você.
Grande abraço
Cómo me alegro Miquel!!
ResponderEliminarTiene que ser duro cubrir los reporajes con fatal desenlace.
QUé carita tan dulce tiene la señora, y, efectivamente, con cuanta ternura es tratada. No sé si puedo imaginar el susto de la pobre mujer y de su familia!!...En este caso, para celebrarlo por todo lo alto.
Qué buen comienzo de día, si señor.
Gracias por compartirlo. Besotes
Ay qué alegría. Es verdad que estas cosas siempre pintan mal, me alegro que esta vez no. Besos
ResponderEliminarQué alegría que la encontraran con vida!!!!
ResponderEliminarEsas noticias siempre levantan el ánimo!
Namasté amigo
Triste historia, pobre mujer... Menosmal que el buen final maquilla la historia con algo de color!
ResponderEliminarSaludos 'peazo' periodista!
Que alegría que todo salió bien... que susto!
ResponderEliminarBuen trabajo amigo.
Abrazos!
Me alegro que tu trabajo a veces te dé alguna que otra alegría.
ResponderEliminarun bsito
ESFUERZO RECOMPENSADO, MADROCA! LO CELEBRO!
ResponderEliminarUN ABRAZO!
Pobre señora... me dan mucha pena casos como este, es sobrecogedor... pero una alegría que haya sobrevivido para contarlo y que esté bien! (menos mal que tenemos siete vidas como los gatos...)
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