sábado, 24 de abril de 2010

Ellas IV

De nuevo me acerco a la mujer trabajadora, la que muchas veces lleva el peso del hogar, la que además de supervisar, administrar, cuidar y equilibrar casa y familia, hace su jornal de sol a sol.


Una vez más, dentro de este reportaje “Ellas”  esa mujer levanta la voz, fatigada, cansada, pero ilusionada,



“no, no te alejes, acércate con tu cámara, demuestra que realmente trabajamos duro, enseña al mundo que trabajamos de sol a sol, que nuestras manos se llenan de callos, que perdemos aquí nuestra alegría, nuestra juventud, nuestra vitalidad, que el esfuerzo nos hace llegar a casa casi arrastrándonos, y que el jornal por seis días de 10 horas cada semana es al cambio de unos 12 euros.
Pero aún así, mantenemos erguida nuestra cabeza, queremos seguir adelante, buscamos ese camino, esa posibilidad, seguimos manteniendo la ilusión, de que un día, nuestras hijas, sean también ciudadanas de un mundo mejor”

Texto y foto; Miguel Adrover Caldentey

viernes, 23 de abril de 2010

Ellas III

Hoy he escogido esta foto, tomada en una de las calles más concurridas de una ciudad grande, ponedle el nombre que queráis, al norte de la India, pero lo que me llamo la atención, fue el gesto de la mujer mayor del centro, casi no es necesario que hable con la voz, su mirada lo dice todo.




Pero escuchándola con atención, a mi, desde la foto me dice;

“Siempre fui una niña llena de miedos, siempre dependí de mi gente para dar un paso hacia adelante, crecí llena de prejuicios con respecto a la religión, a la política, al sexo. Cuidando de mis hermanos más pequeños cuando todavía tenia edad de jugar, ayudando a mis padres cuado debía estudiar, cuidando siempre de que no hablaran mal de mí, nunca pude disfrutar los juegos de las escondidillas, ni de niña ni de mujer, y después, cuando todavía no había crecido, miedo de fallar, de no conseguir que mi esposo siempre tuviera lo necesario para su felicidad.
Crié a mis hijos con miedo, miedo de que la enfermedad se los llevara cuando todavía eran tan jóvenes, miedo a que no pudieran tener un futuro, miedo a que la ambición les hiciera alejarse, miedo al miedo.
En mi mente siempre estuvo el miedo al enfrentar la oscuridad, miedo al hambre, a los diablos, miedo al mañana.
Y ahora, ahora tengo miedo, miedo de lo desconocido, de la gente que me rodea, de no saber donde estoy, no quiero perderme entre la multitud, miedo de un mundo que me desborda, que me supera.
Quiero seguir disfrutando de mis miedos de soledad, esos que conozco, esos con los que aprendí a vivir, no necesito las camisas occidentales, ni los relojes en la muñeca, no necesito esos coches, esas motos, ese ruido, solo tengo miedo”



Texto y foto; Miguel Adrover Caldentey

miércoles, 21 de abril de 2010

Ellas II

Al igual que ayer, cuando inicié esta serie que estoy titulando “Ellas”, hoy intento haceros llegar el mensaje que me trasmiten las protagonistas de la foto. Las de hoy me están diciendo:




“No, no te estamos dando la espalda, te estamos invitando a que te unas a nuestro caminar, que vengas a nuestro lado, que no quieras ir delante ni quedarte rezagado, sencillamente ven, camina con nosotras. Hagamos juntos ese camino que entre todos, será más fácil poder recorrer. No te decimos que sea un camino fácil, no, a buen seguro será un camino largo y duro, pero quizá tú, desde tu otro mundo, con tu caminar a nuestro ritmo consigas que otros nos vean, y quizá algún día caminen con nosotras.”



La fuerza de las mujeres se realza en situaciones de desesperación, en las que la lucha es la única posibilidad de encontrar respuestas, por eso, quiero destacar a las mujeres (madres, esposas, hermanas, novias) que buscaron y aún buscan, buscan ese acompasamiento con el hombre.
Vivimos en una sociedad privilegiada y a pesar de ello cada día vemos en las noticias actos que todos quisiéramos ya desterrados, pero que a fuerza de verlos y escucharlos en las noticias, a veces da la sensación que aceptamos. Si para la mujer, a pesar de sus derechos y de las leyes ya es difícil vivir en nuestra sociedad, imaginaos lo que tiene que ser vivir en un país donde no goza de ellos al mismo nivel que el hombre.

Texto y foto; Miguel Adrover Caldentey

Ellas

Lo primero de todo, agradecer a todos los mensajes de apoyo por la presentación de “fred al cor”, un libro que ya ha iniciado su camino. Dicho esto, y en vista de que tengo una semana muy liada por este tema, mis próximos post serán sobre una serie de textos que realicé hace dos años, en los que me sumergía en el mundo de la mujer en la India, en ellos, a través de diálogos ficticios, intento reflejar los sentimientos que me trasmiten las protagonistas de las fotos. Espero que sean de vuestro agrado.


ELLAS (Inicio de la serie)

A veces, al mirar una foto, sientes que los protagonistas quieren decirte algo, en esta, permitidme que os trasmita el mensaje que una de las ocupantes del carro me trasmitió con sus palabras al revisarla hoy.




"Sientes ese aire... yo lo siento, es el aire de cambio, aire necesario para ser libre. Sientes esa brisa, brisa de colores, de colores resplandecientes como las sedas de nuestros saris.
Sientes la vida, esa que viene y se va, que se aleja, a la que no llego, la que me evade, la que me escapa, la que otros viven.
Yo siento ganas de mostrarte todo lo que veo, que sepas todo, todo lo que pienso, que únicamente me entiendas.
Tengo ganas de mostrarte la forma en que yo veo al mundo, ese mundo diferente, ese que te otorgó esa cámara, ese con el que ahora capturas al mío ,expresarte mis sentimientos, mis temores, mis miedos.
Y que conozcas también mis alegrías, mi risa, ese momento mágico donde nada nos separa, donde compartimos la naturaleza humana.
Tengo ganas de que me digas si estoy loca o cuerda al tener tantas ideas dentro de mi cabeza, o si eres tu el que rozas la locura con tu prisa, con tu idolatría al reloj, a ese tiempo que por controlarlo se te escapa.
A la vez me da vergüenza decir todo lo que siento, yo también voy a esconder cosas, algún día quizá las descubras, algún día quizá tu mundo las descubra, mientras seguiré escondiéndolas, guardándolas celosamente para mí.
Tal vez es medio confuso todo lo que digo, por eso te propongo verlo desde mi lugar, súbete al carro de este mi tercer mundo, al mundo que vosotros catalogáis, a ese que te llevas y que un día enseñarás.
Cuando llegue ese día, en tu mundo, mi mensaje será mi imagen, no necesitare hablar, otros lo harán por mi, lo más importante será que muchos sepan escuchar."

Texto y foto; Miguel Adrover Caldentey

lunes, 19 de abril de 2010

Presentación de "Fred al cor"

Hoy quiero haceros partícipe de la presentación oficial de mi última obra, "Fred al cor" (frio en el corazón) que tendrá lugar mañana martes día 20 en la sala de actos de Espai Mallorca, en Barcelona, (C/Carmen, 55, Zona: Ciutat Vella, Metro: Liceu ) a las 19'30 h. Muchos conoceis mi faceta de periodista, aprendiz de escritor y fotógrafo aficionado, pués os digo, este es el cuarto libro que sale al mercado, además de una obra de teatro, varias exposiciones fotográficas y otras cositas, pués sigo con los mismos nervios y emoción que con el primero, y ojalá siga mucho tiempo emocionandome igual.
Ya sé que a muchos os pilla muy lejos, pero si alguno pudiera venir estaría encantado de poder conocernos personalmente. En Mallorca el libro se presentará  el próximo domingo 25 en mi municipio natal, Felanitx, en la Casa de Cultura a las 19h. Para que os hagais una idea, y no escribir sobre mi mismo, os dejo el prólogo que ha hecho a la obra el poeta José Menbrive y al final os adjunto las fotos de mis otros tres libros publicados



Miquel Adrover: el frío refugio de la poesía


Toda incursión plena en el mundo de la poesía supone un previo viaje iniciático en el que el poeta ha de ir esparciendo en su caminar fragmentos de su antigua naturaleza. El primer poemario suele ser una muestra de batallas dispersas entre el ego que se niega a ceder protagonismo y el yo lírico emergente que se apresta a manejar el timón poético y vital.

Los nuevos poetas se acercan a la gran dama de la poesía henchidos de emoción. Ignoran sus exigencias de máxima entrega. Los primeros poemarios suelen estar compuestos por poemas sueltos, de difícil conexión entre sí, productos de batallas, inspiraciones momentáneas y atisbos más o menos brillantes.

Miquel Adrover, sin embargo, entra en el ruedo poético en toda su autenticidad “a l´entrada ha deixat/ aquella máscara que afora portava”  como un espada maduro, consagrado y sorprendente con una treintena de poemas engarzados por una temática, un tono, un espíritu y un estilo muy definidos.

Lejos de la típica efusión talámica de quien pasa su primera noche de boda con la poesía, Miguel ahonda en el frío que anida en el corazón de la amada. Se nota que sus relaciones con la poesía vienen de largo aunque no se hayan oficializado con los consiguientes poemarios. Miguel nos se casa con la poesía, ni se prodiga en halagos, más bien se limita, como amante crítico, a bajarla a la tierra y empaparla de lo cotidiano. Lejos la dama inmaculada, esperando en su altar versificado que sus amantes se despedacen entre sí para yacer con el vencedor, Miquel arrastra a la poesía a la piel de la tierra, le inyecta en las venas el frío que sobrecoge al planeta, le hace llorar con las lágrimas de la luna, con las lágrimas de una primavera, llamada a reír “prefereixo obrir els ulls, / i veure el camí,/ destapar-me les orelles/ i gaudir del soroll de la natura/ i parlar en veu alta/ exposant les moves idees”.

Miguel humaniza la poesía, le hace comprometerse con lo más humilde, las paredes de sus versos están agujereadas por los disparos de la vida, moja sus metáforas con lágrimas; se presenta ante la vida como un jugador anónimo que, vistos los parámetros mentales y vitales de los vencedores de nuestra sociedad, prefiere perder en la batalla. “Vull jugar a perdre”. Sólo con leer los primeros títulos de sus poemas “Full de paper en blanc, Refugi frede de poesía, Fred al cor, Mort blanca, ombres… uno ya se hace una idea de que no estamos ante un poemario complaciente con lo que nos rodea, ni con la propia poesía.

De hecho se trata de un grito de alerta, de una seria advertencia sobre el rumbo que están tomando nuestras vidas. No es por supuesto un sermón moralizante, ni una guía de conducta es, simplemente, la muestra de lo que late bajo la piel de un mundo como el nuestro, edulcorado con rayos uva, cuando alguien le hinca el bisturí. Quien habla no es el poeta sino el propio mundo a través de sus heridas, de su frío. Claro que para ver, para sentir las heridas del mundo, para expresarlas, antes uno ha tenido que despojarse de la capa y caspa con la que el mundo actual uniformiza a los humanos enterrando y desterrando su auténtica esencia “ser tu mateix es la única possiblilitat…”

Por lo demás su poesía es sobria, descarnada, humana, impregnada con “l´esperança de veure/ una humanitat mes sociable”…

José Menbrive


domingo, 18 de abril de 2010

Quisiera


Quisiera despertar
susurrándole al aire que te rodea
palabras de amor
palabras de eterna primavera

Quisiera acariciar
la sombra que te acompaña
con caricias de viento
nacidas en mi alma

Quisiera vivir
en las huellas que dejas tras de ti
para poder así
caminar tu camino

Quisiera traspasar
la ternura de tus besos
a la piel de mis labios
para sentirlos eternamente

Y quiero ser yo
para que tú seas tú
y así poder decirte
susurrándote
acariciándote
viviéndote
besándote;

Gracias, gracias compañera



Foto; MdB (foto de la que se ha inspirado la portada del libro "fred al Cor" que se presenta esta semana)
Texo; Miguel Adrover Caldentey