Sabéis, lo mejor para no olvidar es el recuerdo, aunque duelan, todos deberíamos recordar constantemente a nuestros dirigentes de hoy en día, a los niños hoy, adultos de mañana, los graves errores que la humanidad ha cometido, y como, si no se pone remedio pueden volver a cometerse, o quizá se estén cometiendo ya en comunidades cuyos miembros deberían ser defendidos por la ONU y que siguen siendo directamente objetivo de una tremenda limpieza étnica, a pesar de que las operaciones de maquillaje y propaganda sigan intentando tapar dichos actos. ¿Estarán de nuevo las prioridades económicas sobre las humanas?
Para que recordemos me he permitido recordar un poco la historia.
El 10 de junio de 1940, la Gestapo tomó el control de Theresienstadt (Terezin) instalando una prisión en la Kleine Festung ("Fortaleza pequeña"). El 24 de noviembre de 1941, el lugar fue convertido en un ghetto amurallado, que presentaba una fachada que escondía la operación de exterminio de los judíos, impulsada por el jefe de las SS, Reinhard Heydrich. Para el mundo exterior, Theresienstadt debía aparecer como una colonia judía modelo. Incluso se rodó una película con el título de Der Führer schenkt den Juden eine Stadt (El "Führer" regala una ciudad a los judíos), para transmitir esa sensación. Pero se trataba de un campo de concentración, que también fue utilizado como campo de transición hacia Auschwitz y los otros campos de exterminio, miles de judios y deportados perecieron en las camaras de gas de esta nueva “ciudad” y fueron incinerados en los pavorosos hornos crematorios.
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller es el autor de este poema erróneamente atribuido al también poeta aleman Bertol Bretch, Niemöller lo escribió después de renunciar al mundo nazi.
Martin Niemöller (1892-1984) fue un pastor luterano alemán. Se graduó como oficial naval y durante la Primera Guerra Mundial estuvo al mando de un submarino. Después de esa guerra mandó un batallón en el Ruhr y participó en la represión contra los comunistas. Entre 1919 y 1923 estudió Teología en Münster. Ya como pastor apoyó al principio la política anticomunista, antisemita y alemán nacionalista de Adolf Hitler.
Reaccionó al fin contra el nazismo en 1933 cuando Hitler, en desarrollo de la política totalitaria de homogenización, denominada oficialmente Gleichschaltung, impuso sobre las iglesias protestantes al grupo de los Deutsche Christen (cristianos alemanes) que unieron 28 iglesias regionales alemanas.
Texto y foto; Miguel Adrover Caldentey
Yo publiqué un post tambien en este caso sobre el Campo de Ssachsenhausen en dónde estuvo prisionero Martin Niemöller. En mi entrada puedes ver la celda en dónde estuvo y su fotografía.
ResponderEliminarTodo lo que se hable de la barbaríe y privar a la gente de pensar libremente es poco. Ojalá nunca vuelva ocurrir nada parecido y me temo que en algunos países se sigue abusando conta la libertad. Un abrazo y feliz semana
http://katy-ciudadanadelmundo.blogspot.com/2010/09/sachsenhausen-reviviendo-la-historia.html
Vengo del blog de Ana (De ratones y mujeres) y al ver tu enlace, no he podido evitar entrar, me ha gustado mucho tu post, estoy completamente de acuerdo contigo, no se debe olvidar, la semana pasada estuve en Argelès, te dejo el enlace :
ResponderEliminarhttp://bet-noestoy.blogspot.com/2010/11/salida-argeles-sur-mer.html
Un abrazo,
Bet
no tenemos que olvidar, ni esa matanza, ni tantas otras que se cometieron en la historia de la humanidad.
ResponderEliminarAprendamos de los errores.
Volvamos a sentir los corazones latiendo en el pecho, tendamos manos y almas, abracemos al mundo con nuestro sentir.
ya no mas muertes injustas, ni a manos de armas, ni bajo el yugo del hambre o la dependencia de la drogadicción.
Entre todos... podemos
Namasté amigo
Olá amigo
ResponderEliminarUma bela e comovente postagem. O poema é lindo e diz uma grande verdade, na maioria das vezes só nos preocupamos quando o problema nos atinge.
Grande abraço
Por desgracia el ser humano es el animal que tropieza más de dos veces en la misma piedra. Está todavía lejos el día en el que, como decía Violeta Parra, el paraíso lo construya el hombre con su razón. Aún hay muchos descerebrados.
ResponderEliminarNo, no hay que olvidar.
Jara