Los que me conocen saben que siempre me ha gustado viajar, estoy convencido que es una de las mejores maneras de conocer el mundo, otras gentes y a la vez de conocerse a si mismo, como ya sabéis otra de mis manías es la de escribir, cuando estoy de viaje normalmente por la noche antes de ir a dormir me siento y escribo un rato.
Estoy contando esto porque hoy revisando papeles dentro de mi oficina ha caído en mi mano una cuartilla del Holiday Inn de Hermosillo, México, una ciudad que tuve el placer de conocer gracias a la boda de un amigo, una ciudad situada junto al desierto de Sonora, una ciudad llena de gente que no conocía pero que por diez días se convirtió en mi casa.
Como decía, encontré unas anotaciones hechas a mano en las que escribí. “Hermosillo, no se de donde proviene su nombre pero si se que es el más acertado, hermosas son sus calles, hermosas sus plazas, hermosos sus edificios, hermosos sus monumentos, hermosos sus comerciales, hermoso se levanta Cerro Campana, pero donde realmente se ve la hermosura, donde lo hermoso se torna bello, es en el corazón de sus gentes.
Gente sencilla, como de andar por casa, pero que por ti harían que el sol antes se levantara, gente que sin preguntar te ofrece lo que tiene y lo que no tiene, gente que cuando se presenta o te presenta ya añade a tu nombre el apelativo de compadre, gente que comparte y que no roba tiempo al tiempo, sino que lo disfruta contigo.”
Cuento esto porque guardo preciosos recuerdos de mis dos visitas a México, cada vez, tanto como turista como viajero, he encontrado gente muy diferente a la que diariamente encontramos en nuestro camino, gente amable de corazón abierto y que no temen mostrarte sus sentimientos, gente que disfruta de sentarse a hablar, gente a la cual todavía le interesa relacionarse, compartir su tiempo, gente que todavía no ha sucumbido a la locura del, como dice J.J. Benitez en algunas de sus obras, tonto del tic-tac.
Eso me ha servido para hacer un poco de reflexión de nuestro cotidiano vivir, ya se, no importa que os adelantéis y me digáis que las leyes establecidas no se pueden cambiar, como decía creo que estamos perdiendo un tiempo maravilloso en aras de intentar aprovecharlo al máximo sin prestar atención a los demás ni a lo que nos rodea.
A pesar de la obligación cotidiana que nos pueda representar el trabajo, nuestros deberes sociales y todo lo que tú quieras, hay muchos momentos en los que podemos actuar diferente de como actuamos, hay miles de situaciones que nos pasan desapercibidas y a las que no prestamos atención que nos endulzarían un poco la vida, sabéis, es como aquel relato tan breve pero intenso que dice “durante la noche paso un ángel dejando unos granos de azúcar sobre los labios de los que dormían, pero solo se enteraron los que al despertar se besaron”.
Quiero intentarte hacer comprender que no por ir más deprisa llegaremos más lejos, disfruta de los tuyos, de tus amigos, de la gente a la que quieres y que te quiere, ten siempre un momento para compartir, no seas egoísta de ti mismo, veras que es mucho más fácil de lo que parece. Aunque el caparazón que hemos creado para auto defendernos vistiéndonos de insensibles pueda parecerte una prenda totalmente insustituible ya veras que es mucho más fácil ir arropado por el placer de compartir, de emocionarte, de preocuparte con los demás, sintiendo, hablando compartiendo algo que la naturaleza nos ofrece cada día sin fin, el tiempo. Fíjate que he dicho el tiempo, pues nos hemos acostumbrado a decir, nuestro tiempo, y creo que únicamente se nos ha dado para que lo disfrutemos, no para que nos lo adjudiquemos en propiedad.
Quizá sea una manera de mejorar en algo nuestras relaciones con los demás, sabéis, si te paras a pensar seriamente en las personas que tratas diariamente pero que no son de tu circulo de amistades más cercanas o de la familia, muchas veces no sabes nada de ellos, realmente no conoces más que su caparazón.
A lo mejor si todos pusiéramos un poco de nuestra parte podría ser más fácil convivir.
Texto y foto: Miguel Adrover Caldentey
lunes, 3 de mayo de 2010
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Hola Miguel como escritor y poeta eres soñador, y tienes la lógica tendencia a la utopía. Eso está bien, es asi como tendría que ser el mundo y las relaciones humanas.
ResponderEliminarHe leido tu post y adivino que la realidad es más fuerte que los sueños y los anhelos. Los intereses y los egoísmos personales nos llevan justo a lo contrario. La esperanza es, que hay muchas personas como tú que nos ayudan a ver más allá y no perder la esperanza de que tal vez un dia la fraternidad sea una realidad.
Un abrazo y buena semana
Así es Miguel,muchas veces tratas más con personas que no son de tu entorno familiar y no conoces nada de ellos...en mi caso cómo soy tan transparente me lo cuentan..será mi cara inocente...es hermoso y agradable para el alma que alguien de fuera te cuente cosas que no se las contaría a su familia.
ResponderEliminarBuen post y mejor reflexión.
Besos Miguel.
Morgana
Por suerte formo parte de las ilusas,y no voy al ritmo loco de los demás, me interesa estar bien con los míos y con mi ser interior. Aunque muchas veces lo de soñadora es difícil de sobrellevar.
ResponderEliminarUn abrazo.
mmm....curiosa forma de ver esas tierras...
ResponderEliminarB R A V O !!!
ResponderEliminarBravo, Miquel, has dado en uno de los puntos de desquicie individualista de nuestros tiempos-sociedades-desarrolladas.
No se vive en sociedad, se corre de aqui para allá, tratando de darnos trabajos y placeres continuos y nunca estamos satisfechos. Será porque nos aparentemente nos relacionamos con muchospero no conocemos a nadie, ni nadie nos conoce realmente....QUe triste que teniendolo casi todo, apartemos lo que realmente nos falta por correr tras el falso bienestar que nos quieren inculcar desde fuera.
Gracias por recordamelo, Miquel, gracias por hacer que recuerde en medio del frenesí de obligacones lo que realmente a mi alma, importa. Mi abrazo, mi beso
Esta vorágine que rodea nuestras vidas es lo peor... Apenas nos deja tiempo para respirar. Viene bien leer reflexiones como la tuya.
ResponderEliminarSaludos amigo.
Es muy dificil, casi imposible conocer bien a una persona. Si ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos.
ResponderEliminarMagnificas tus palabras.
Un saludo.
India.
Hola Miguel!! Sueño con un mundo donde las relaciones mejoren, no exista violencia y si un simple beso, un apretón de manos o un te quiero...
ResponderEliminarHermoso texto amigo.
Besosssss
Gracias Miguel por tu comentario en mi blog. Me hizo muy bien Hermoso cuento el del angel, ojalá todos nos despertemos con un dulce beso haría el día más llevadero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mónica.
lo mejor de todas estas travesías tuyas, e que leyéndote, aprendo.
ResponderEliminarun abrazo
Viajar, conocer otros países siempre es enriquecedor.. A veces uno se olvida de
ResponderEliminarlo realmente importante, hasta que
conoces gente que te entrega su "tiempo",
a cambio de que tú le regales, simplemente
una parte del "tuyo"!
Muy buen post, Madroca,
Un saludo!
Wow!!! Me encanta lo que leo. Nos condicionamos el tiempo, y a veces perdemos la esencia de disfrutar de lo que nos rodea por estar sumidos en la rutina y el no querer ver más allá de nuestras fronteras...
ResponderEliminarEl compartir otra cultura, el conocer gente nos nutre, y nos ayuda a crecer más.
Me quedo con esta extraordianria reflexión que haces:
"Quiero intentarte hacer comprender que no por ir más deprisa llegaremos más lejos, disfruta de los tuyos, de tus amigos, de la gente a la que quieres y que te quiere, ten siempre un momento para compartir, no seas egoísta de ti mismo..."
Un fuerte abrazo Madroca.
Cuántas veces nos planteamos dejar atrás esta vida de locos y optar por otra más sencilla, y al final por miedo no hacemos nada.
ResponderEliminarBesos
Gracias Miguel por tu comentario en mi blog y gracias también por estar ahí, me alegra descubrir personas como tú, me ha encantado lo que he leído en tus post, te seguiré de cerca. Saludos Mega
ResponderEliminarVivo en una provincia del interior de mi Argentina, donde el tiempo pareciera sobrarnos.
ResponderEliminarEn mi tierra encuentras mujeres mateando a la tarde, bajo la sombra de algún árbol de paraiso.
Los niños corriendo, bebiendose la vida que les ruboriza las mejillas.
No quiero pintar a mi provincia como un edén, distamos mucho de eso, hay delincuencia como en todos lados, pero estamos a años luz de las grandes ciudades... Y ESO ME GUSTA!
Llevar a mi hijo a su escuela, caminando y saludando a todos.
Comprar la verdura y perder media hora porque el verdulero no te deja ir contandote su vida.
Esperar el colectivo mientras miras los lapachos en flor y sentirte privilegiada de estar justo en ese momento para poder admirarlos.
Hermoso tu post y la reflexión.
Namasté Madroca
Escribo desde Argentina.Vivo cerca del mar.
ResponderEliminarEntiendo tu sentir.El viajar es crecer y darnos cuenta de mucho.....
Hermoso espacio,un placer tu blog.
Saludo dede MDQ,Liliana
Agradeço a visita e suas belas palavras...
ResponderEliminarÉ maravilhoso apreciar suas letras...
Nelas eu sinto a presença constante do seu “eu interior”.
Você é um escritor magnífico...
Adorei seu texto...
Aplausos e parabéns!