A veces necesitamos reinventarnos, volver a creer, buscar ese rincón que nos haga de nuevo entrar en contacto con la naturaleza, con la Madre.
No buscar los ecologistas de jardín, ni a los salvadores del mundo desde un despacho, si no ese rincón donde puedas de nuevo hablar con esa selva que te ofrece aire para respirar, esa agua que alimenta la tierra que te da de comer.
Ese día en LX Falls, en Jamaica lo encontré, a un centenar de metros de donde se bañaban ávidos turistas, pero donde pude durante un largo rato participar en el milagro que nos ofrece nuestro planeta cuando lo vemos en todo su esplendor.
El agua turbia denotaba que las últimas lluvias en las Montañas azules habían sido abundantes, el cauce silbaba a su paso por mi lado en demostración de su alegría, y la naturaleza me envolvía.
Pero no todo era tan bonito
Poco más allá varias familias jamaicanas, disfrutando de los últimos rincones que todavía les quedan, el circuito de los turistas todavía no ha llegado hasta este remanso, seguro que pronto llegará.
Al igual que en un principio fueron solo algunos hoteles para traer la economía de mercado al país, y ahora los macro complejos hoteleros los están arrinconando al vallar las playas y no dejarles entrar en ellas a no ser para servir cócteles o limpiar habitaciones. Ahora ese mismo turismo necesita rincones de interior, y también se los están quitando.
Como siempre, los aventajados tiburones financieros serán los que se lleven la pieza más grande del botín, y esos habrán llegado del extranjero, algunos intermediarios sin escrúpulos habrán llegado a recoger las migajas que se caían, y los pobres parias de la tierra se verán de nuevo desplazados, desubicados de nuevo.
Llegaron a esa tierra debido al trafico de esclavos, y allí se quedaron, sentían y eran, africanos en una tierra desconocida, poco a poco empezaron a creerla suya, empezaban a tener sus raíces, pero ahora se ven arrancados de nuevo de ella, quizá no por traficantes de esclavos, pero perdonad si os digo que para mi, son especuladores sin escrúpulos a los que ni las raíces de todo un pueblo, ni toda la naturaleza tienen valor alguno,,, a no ser que en esos terrenos quepa un hotel que cotice en bolsa y pueda llenar sus bolsillos.
Perdonad el rollo, necesitaba decirlo.
Texto y fotos; Miguel Adrover Caldentey
viernes, 19 de noviembre de 2010
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No es un rollo... No hay nada mejor que plasmar aquello que nos ronda por la cabeza, es lo más sano...
ResponderEliminarY eso no es lo malo .. cuándo ella comience a hablar y no podamos parar el crescendo de su voz ... de nada servirán los paraísos artificiales ..
ResponderEliminarUn abrazo
Verdad el ser humano a veces tiene la necesidad reinventarse.lo cierto es que la fuerza de la naturaleza comanda!
ResponderEliminarSaludos!
En niungún momento me ha parecido un rollo,pero debemos cuidar a nuestra madre para seguir subsistiendo.
ResponderEliminarBesos.
Olá amigo
ResponderEliminarUm belo e comovente texto.
Bom fim de semana
Um abraço
es necesario que todos conozcamos estas realidades, por muy tremendas que sean.
ResponderEliminarSaludos amigo
Es la eterna lucha del poderoso y el dèbil... De todas formas aún creo que mientras las voces se sigan alzando, algún día las cosas van a empezar a cambiar. Un abrazo Miguel!
ResponderEliminarVaya viajes que te pegas!! Quien pudiera...
ResponderEliminarBesos