lunes, 27 de diciembre de 2010

Lo importante es el camino

Escribe Paulo Coelho en su obra “Verónica quiere morir”, “Y cuando consiguió casi todo lo que deseaba en la vida, llegó a la conclusión de que su existencia no tenía ningún sentido, porque todos los días eran iguales, entonces decidió morir.”

Y me pregunto yo, de qué e sirve conseguirlo todo si con ello pierdes la ilusión y los ideales. Y es que, si lo miramos bien, con el paso del tiempo, la ilusión y los ideales es lo que nos ayuda, contínuamente, a marcarnos nuevas metas.
Si en nuestra vida se instala el tedio, la falta de motivación o el aburrimiento, perdemos el interés por todo.
Cualquiera, aún en el caso extremo de llegar a la cima de la montaña, objetivo que todos sabemos es harto difícil, no puede quedar anclado allá.

Si en esa meta, si en esa cima, si al alcanzar el objetivo se acaba su ilusión y se dan por cumplidos los retos marcados, uno bajará la pendiente como un derrotado. En cambio, si desde esa cima uno fija en su camino un nuevo destino, bajará ilusionado por el nuevo reto aparecido.

Ya lo dijo Louis L’amour; “Lo importante no es el final del camino, sino el camino en sí mismo. Quien viaja demasiado deprisa pierde la esencia del viaje”.

Todos, en una u otra ocasión, nos hemos planteado que nuestra vida es como un camino en el cual nosotros somos los viandantes principales; o, aunque no nos lo hayamos planteado debemos aceptar que nuestra vida es el camino.

Ese camino que nos lleva desde el nacimiento a la muerte, del que somos los protagonistas, y lo que nos ocurre a lo largo de ese camino es nuestra vida. También debemos tener bien claro que nunca nadie nos ha asegurado, ni podrá asegurarnos, que ese camino que vamos a recorrer a lo largo de nuestravida será fácil.

“Las penas, pesares y los llantos que te aprietan el corazón quizá no estarán en tu camino si tu no los llevas dentro del alma, o si tu alma no los coloca delante de tus pasos”.

De esta manera contestaba aquel viejo sabio al joven que le decía que no entendía el sentido de los sufrimientos que padecemos a lo largo de la vida, después continuó diciéndole.

“Procura disfrutar de la mañana y recoge de ella lo mejor que te pueda dar, ve tranquilo hacia el mediodía y aprende todo lo que te puede enseñar. No pierdas en ningún momento de vista la tarde ya que llegar a ella será tu destino. No quieras llegar a la meta demasiado deprisa, ya que es mejor que la jornada sea muy larga, que dure muchísimos años y tu llegues a la noche cuando te hayas enriquecido con todo lo que hayas aprendido durante el camino.
No esperes que la vida te dé más riquezas, ella ya te ha regalado un hermoso viaje, que sin ella no habrías podido realizar, la vida ya te lo ha dado todo. Nada más puede darte. Si por la noche encuentras que la vida es pobre, no pienses que sea ella la que te engañó, ya que si tu has seguido esos pasos, te habrás enriquecido, te habrás convertido en sabio y habrás vivido de manera intensa.
No pienses que los padecimientos nos vienen impuestos por la vida. Esos padecimientos son las piedras, espinas, baches y caídas de este viaje; cada traspié en este camino también te servirá para hacerte más sabio.
Cuando puedas comprender esto, también comprenderás que este y no otro es el verdadero significado de la vida”.

Texto y fotos; Miguel Adrover Caldentey

(Extracto del libro: Cuentos de sabiduría)