sábado, 2 de enero de 2010

Lagrimas de Primavera

Intentando acceder a cualquier centro comercial, auténtico reto en estos días de consumismo exagerado, no puedo olvidar a los que están en el otro lado.




Hoy he visto llorar a la Primavera
la he visto llorar a través de tus ojos
haciéndome sentir eternamente culpable
cómplice de esta su lagrima primera
que esconde tras flores de destellos rojos.

Hoy he visto llorar a la Primavera
la he visto llorar con los ojos del hambre
la he visto llorar con los ojos de la pobreza
la he visto llorar con los ojos de la sangre.

La sangre derramada por los inocentes
que del fruto únicamente pueden comer la corteza
y me siento enormemente culpable
cómplice de esta sinrazón verdadera.




Hoy he visto llorar al Sol astro
tiñéndose lentamente de rojo sangre
cuando ocultándose detrás del horizonte
se dispone a calentar a los del otro lado.


Mientras yo, aquí en mi falso paraíso
disfruto de este mundo de consumo
sin mover un dedo para aliviarte
tu sed, tu hambre, tu cuerpo dolorido.





Mientras yo miro llorar al Sol astro
ocultándome en mi mundo que olvida al tuyo
sin ser capaz siquiera de ayudarte
sin ser capaz siquiera de amarte.

 
                                          Texto y fotos: Miguel Adrover Caldentey

viernes, 1 de enero de 2010

Yes,,, We Can

Yes, We Can,,,




Recién amanecido 2010, año y década, otra vez el dilema de plantearnos los objetivos del año, desde el consabido dejar de fumar, hacer más ejercicio o el que este año sí aprendo inglés, hasta otros de más calado, intentar ser mejores como personas,,, dedicar algo más de tiempo o empeño a ser solidarios con los demás.


Este año, huyendo de los tópicos, yo me he planteado un único objetivo, creer en mi mismo, creer en mis posibilidades, creer que mis decisiones y actos como elemento independiente de una sociedad de la que formo parte, son útiles en ese movimiento social y humano que hará posible una sociedad más justa, más equitativa, más respetuosa con las personas y con el medioambiente.




No, no creo que mis actos ni mis decisiones puedan cambiar ni el mundo ni la sociedad en la que vivimos, pero si creo que pueden aportar algo en este cambio que tenemos que lograr entre todos, pues entre todos si que podremos.

Creer en uno mismo es el punto de inflexión para acometer tus acciones desde otra lógica, el creer en lo que haces te fortalece en la convicción de que lo que estás haciendo es importante, y realmente somos importantes.

Únicamente necesitamos creer en nuestras posibilidades y quizá un poco de suerte para que otros que transitan nuestro camino se unan a nosotros y crean que entre todos podemos.



Texto y fotos: Miguel Adrover Caldentey

martes, 29 de diciembre de 2009

Naturaleza&silencio



Cuando la naturaleza se presenta como un regalo en tu vida, nace una autentica afinidad con el mundo en que nos ha tocado vivir, la belleza de la tierra, de sus bosques, de los ríos, del mar, de la vida en si misma va despertando en tu interior, naces de nuevo cada día.


El fluir del agua entre las piedras, la lluvia mojando las hojas caídas, el sol lentamente filtrando sus rayos entre la copa de los árboles, la hierba húmeda bajo tus pies, sensaciones de plenitud.

La naturaleza y el silencio, juntos en un espacio de tiempo, un instante efímero, pero que queda grabado en el archivo vital de cada uno.

Se nos presenta a menudo, a veces buscándolo, otras inesperadamente, y siempre, lo necesario para disfrutarlo es, concedernos aunque sea un segundo a nosotros mismos, dejar que nos envuelva, y saborearlo.


Muchas veces, al encontrarnos junto a un río, la mirada es como una mano que buscara capturar el agua en movimiento, cuando la imagen se presenta golpea con fuerza en la retina, el sonido de su paso a nuestro lado, es como escuchar la poesía que la naturaleza nos regala.

Solo es necesario saber escuchar, saber ver.

La corriente de agua se alimenta de la tierra y al tiempo la nutre, fluye como la vida misma desde el interior, suave, sedosa, pero su fuerza se demuestra a través de su tenacidad, busca caminos, los recorre, y si es necesario, los crea. Es vida

Avanza contenta, entre la naturaleza y las rocas, a una la alimenta, las otras le enseñan el camino, es el río, es el agua, es la vida, si, es la vida. Esa vida libre, que fluye desde el interior, que canta cuando cambia de velocidad y de sentido, que aumenta su ritmo en las pendientes para disfrutar del sosiego en las ensenadas.



Sin constancia del tiempo necesitado, en su descenso se abrió camino. Es constante, nació de una pequeña fuente y a lo largo de su recorrido recoge otras corrientes, van fundiéndose en ella, su perseverancia ha propiciado la belleza que nosotros podemos observar, la suavidad de su alma de agua es quizá su mayor fuerza, ya que se nutre del Amor real, de la naturaleza en estado puro, se alimenta de la lluvia, de la nieve de la montaña y al tiempo la comparte, con la tierra, con la vegetación, con nosotros.




Texto y fotos; Miguel Adrover Caldentey