domingo, 29 de noviembre de 2009

Oración por la naturaleza


A todos los que amamos la naturaleza se nos hiela el corazón cada vez que somos testigos de las aberraciones que contra ella realizamos, en nuestro interior muchas veces alzamos la voz contra la deforestación, contra la contaminación, contra cualquier atentado ecológico, ella calla y sigue sufriendo.
Por una vez, alcemos la voz y demoslé nuestro apoyo recitando esta oración en un bosque, junto a un río, al pie de una monaña, o cerca de un valle, y si no, aqui, si qaui mismo, delante del ordenador.

0ración


Tú, duende de los bosques, escúchame.
Tú, náyade de ríos y fuentes, acércate.
Tú, ninfa de los estanques, mírame.
Tú, travieso trasgo, párate.
Tú, silfo del aire, reposa.
Tú, gnomo de la tierra, atiéndeme.
Tú, ondina del agua, descansa.

Que la magia que lleváis dentro,
que los poderes vuestros
juntados con los de las hadas,
los de las sílfides y genios
los de las dríades y endriagos
los de los manes y lares
y todos los demás que pobláis el submundo
los que vivís sin que os veamos,
los que estáis sin estar
los que de la oscuridad y la noche
sois dueños y señores
por favor ayudadnos.

Estamos abriendo las puertas a la devastación
la naturaleza estamos defenestrando
el planeta estamos asesinando
por favor, abridnos los ojos
por favor parad esta destrucción
vosotros, capaces de lo imposible
vosotros, portadores de la magia
vosotros, seres telúricos e inmortales
parad esta aberración
no dejéis que nos sigamos suicidando
a este ritmo aterrador.

Os quitamos los bosques, ríos y estanques
contaminamos el aire por donde viajáis
los mares os estamos envenenando.
Paradnos por favor
atended este ruego
atendedlo por compasión.

Ayudad a que nos reencontremos
con la madre Tierra,
que de nuevo sepamos apreciar
su fruto benefactor,
que otra vez agradezcamos
su cobijo complaciente,
que dejemos de ser
esta raza irreverente,
que de nuevo seamos
dignos inquilinos
de este planeta encantador.

Por eso suplico vuestra ayuda
gnomos, ninfas y sílfides,
silfos, manes y driades,
duendes, trasgos y náyades,
endriagos, lares y ondinas,
vosotros genios y hadas,
quizá podáis hacernos comprender
que a nada conduce
este futuro exterminador.

Texto y foto; Miguel Adrover Caldentey

No hay comentarios:

Publicar un comentario