lunes, 22 de febrero de 2010

Oda a Jamaica

A veces necesitamos reinventarnos, volver a creer, buscar ese rincón que nos haga de nuevo entrar en contacto con la naturaleza, con la Madre.


No buscar los ecologistas de jardín, ni a los salvadores del mundo de despacho, si no ese rincón donde puedas de nuevo hablar con esa selva que te ofrece aire para respirar, esa agua que alimenta la tierra que te da de comer.

Ese día en LX Falls, en Jamaica lo encontré, a un centenar de metros de donde se bañaban ávidos turistas, pero donde pude durante un largo rato participar en el milagro que nos ofrece nuestro planeta cuando lo vemos en todo su esplendor.

El agua turbia denotaba que las últimas lluvias en las Montañas azules habían sido abundantes, el cauce silbaba a su paso por mi lado en demostración de su alegría, y la naturaleza me envolvía.

Pero no todo era tan bonito

Poco más allá varias familias jamaicanas, disfrutando de los últimos rincones que todavía les quedan, el circuito de los turistas todavía no ha llegado hasta este remanso, seguro que pronto llegará.

Al igual que en un principio fueron solo algunos hoteles para traer la economía de mercado al país, y ahora los macrocomplejos hoteleros los están arrinconando al vallar las playas y no dejarles entrar en ellas a no ser para servir cocteles o limpiar habitaciones. Ahora ese mismo turismo necesita rincones de interior, y también se los están quitando.

Como siempre, los aventajados tiburones financieros serán los que se lleven la pieza más grande del botín, y esos habrán llegado del extranjero, algunos intermediarios sin escrupulos habrán llegado a recoger las migajas que se caían, y los pobres parias de la tierra se verán de nuevo desplazados, desubicados de nuevo, llegaron a esa tierra debido al trafico de esclavos, y allí se quedaron, sentian y eran africanos en una tierra desconocida, poco a poco empezaron a creerla suya, empezaba atener sus raices, pero ahora se ven arrancados de nuevo de ella, quizá no por traficantes de esclavos, pero perdonad si os digo que para mi, son especuladores sin escrúpulos a los que ni las raíces de todo un pueblo, ni toda la naturaleza tienen valor alguno a no ser que en esos terrenos quepa un hotel que cotice en bolsa.

Perdonad el rollo, necesitaba decirlo.

Texto y foto; Miguel Adrover Caldentey

7 comentarios:

  1. Me sumo a tu denuncia, Miquel..., pienso lo mismo que tú.....el lado del progreso insostenible no tiene consciencia (que sí conciencia) de hasta qué punto llegan sus actos, ....perdemos la esencia humana por el camino en esta guerra de avaricia sin fin...
    El otro, humano o no, es el enemigo a reducir.....generando todo tipo de hechos, emociones a su paso: indignidad, desarraigo, culpa, resentimiento, verguenza, desequilibrio, devastación y muerte.....si esto sembramos...qué podemos esperar a recoger?....
    Esperanza, esperanza en los que ven más allá del euro, más allá de la ostentosidad, más allá...encontrando vida, unicidad en la mirada sobre todas los seres vivientes. Un fuerte abrazo Miquel, gracias por tu mirada viva, y por tu denuncia

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  2. "El pez grande se come al pez chico" y la mayoría no tiene voz. Algún día cambiaremos, algún día...
    Un abrazo

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  3. SOMOS "AGUA" Y SOMOS "TIERRA", Y CADA
    VEZ Q DESAPARECE UN PEDACITO DE CIELO REFLEJADO EN ESA TIERRA, DESAPARECE ALGO
    DE NOSOTR@S, Y ALGO MUERE EN NUESTRO INTERIOR!

    ABRAZOS, MIGUEL!

    BUEN COMIENZO DE SEMANA!

    MALE.

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  4. Hola Miguel!! Coincido totalmente. Los poderosos terminan tomando hasta las raíces de los pueblos. Es el poder del dinero amigo.
    Buen comienzo de semana.
    Besossssss

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  5. Es una lástima que no dejen de desaparcer hermosos parajes de nuestra Madre naturaleza.
    Un saludo amigo!

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  6. De rollo nada,

    como alguien dijo ya hace unos siglos, "poderoso caballero es don Dinero". Es lo que tiene el competir y no el compartir, que nos aleja de nosotros mismos.

    Me llegó muchísimo la parte del texto que escribiste: " ahora los macrocomplejos hoteleros los están arrinconando al vallar las playas y no dejarles entrar en ellas a no ser para servir cocteles o limpiar habitaciones."

    El ser humano es depredador, problablemente en más cruel, incluso con sus semejantes...

    Mientras en general rinda pleitesía ciega al dinero seguirá todo igual.

    Un saludo.

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  7. Hola y buenas noches...

    Una regla básica de la naturaleza es que el animal más fuerte mata al más débil. Y no sólo entre especies distintas, sino también entre miembros de una misma especie.

    Un saludo y buen martes

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