domingo, 12 de septiembre de 2010

Como antaño

Esta mañana he disfrutado de volver a la esencia pura del campo, aquel en que los hombres curtidos al sol hacían las labores de siega con la única ayuda de los animales de tiro, fue en la pequeña localidad de Cas Concos, en Mallorca, donde por un día se recuperan las raíces, el polvo de los campos se mezcla con el sudor de los payeses, el agua fría en el botijo sustituye a las latas de refrescos en la nevera portátil.




Un día donde el ruido de las modernas cosechadoras queda callado y únicamente las amenas conversaciones y alguna que otra canción popular se escucha entre el ligero repiquetear de la antigua maquina de segar tirada por el caballo.



Yo nací en el campo, recuerdo vagamente escenas como las que volví a vivir ayer, recuerdo en mis primeros años viajar montado en el carro, las labores de la siega, la trilla, aunque son recuerdos muy vagos, ya que en mi niñez el campo ya empezaba a mecanizarse en aras de obtener un mayor rendimiento a las fincas.


Y con ello se perdió parte del alma de esta y otras muchas tierras, con el paso de los años, la mecanización e industrialización de todo lo referente al campo ha hecho que lo que antes trabajaban quince o veinte familias ahora una única máquina lo realice, siega, bate, trilla, separa el grano y embala.


Antes no, cada episodio era trabajado entre todos, familias que unían esfuerzos para realizar la temporada juntas y así evitarse fatigas mayores, la sombra de los árboles era refugio de comidas campestres, y si había que pararse media hora para liar un cigarrillo y beber agua fresca, nadie controlaba el reloj.


A media mañana un descanso para tomar una rebanada de pan con queso y un racimo de uva o una sandia, a mediodía un largo descanso para evitar las horas de más sol, y por la tarde, antes de que anocheciera de vuelta a casa, y si en la finca vecina había otros que estuvieran trabajando pues nadie impedía aquella tertulia que no tenía tiempo fijado.

Ahora la maquinaria pasa como un enorme cortacésped por las cosechas, en la cabina un conductor escuchando música con el aire acondicionado, empieza la jornada muchas veces antes de la salida del sol y la termina cuando el sol ya se ha ido, eso sí, en un día trabaja más hectáreas que las que trabajaban antes diez familias en un mes, pero sigo pensando que este avance tecnológico ha hecho que el campo perdiera parte de su alma.

Hoy he disfrutado de volver a vivirlo, de ver como los mayores mantienen intactos su recuerdos y habilidades, como las manos llenas de callos siguen siendo certeras a la hora de equilibrar el filo de una guadaña con el martillo, como siguen sentándose a la sombra de un árbol, he disfrutado de volver a mis raíces, y de poder ver que hay jóvenes que desean que la tradición no se pierda con ellos.

Mi homenaje a todos los que han sudado el campo de cualquier tierra, todos los pastores, payeses, labriegos, segadores que un día levantaron el polvo de nuestros campos, y estas imágenes para que perduren en nuestro recuerdo.







Texto y fotos; Miguel Adrover Caldentey


13 comentarios:

  1. Sú que es duro el trabajo, sé de cúanto dejaban de sus cuerpos en aquellos campos, pero sé cuento entendían la manera de comportarse aquella que le proporcinaba el sustendo, la tierra; cómo a traves de la observación coseguían el equilibrio, sé cuantos de sol a sol, se de cuanto polvo tragaron, se de cuanto peso llevaban ellas sobre su cabeza para dar el almuerzo a los segadores, se que se trabajaba de sol a sol....pero se cantaba, eran todos a una en época de siembra, en época de siega. Sé que las condiciones eran duras para el cuerpo pero quizás más sanas para el alma, y desde luego, equilibradas para estan gran Pachamama que cada día nos proporciona, al menos hasta ahora, el sustento.
    Que valiosas estas imagenes y tus palabras....porque mucho me temo que estamos asistiendo a un aula virtual en la que se muestra lo que se hacia "entonces". Ojala con el tiempo, tecnología vaya de la mano de equilibrio para la Tierra, las personas y sus almas...
    Pero creo que de eso aún queda un trecho que habrá que descubriendo. Un fuerte abrazo, y guardaré estas tomas en mi retina, como tesoros.

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  2. Toda una cultura y forma de vida...Ahora nos quejamos pero eso si que era trabajo. Trabajar para vivir, y no vivir para el trabajo..

    Que cosas...

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  3. Es increíble que hace muy poco en una conversación con una persona conocida salió este tema .. de si alguna vez habíamos realizado labores de campo .. y ahora veo este post .. y los recuerdos vuelven .. éramos muy pequeños pero yo le comentaba que los olores se quedan en el recuerdo .. los colores .. el cariño .. cómo se compartía y se ayudaba .. para terminar para las fiestas .. y que la era quedar limpia para el baile .. No soy mayor , pero es como si aquello fuera una experiencia inolvidable .. y a veces no me acuerdo de que comí ayer ..
    Un abrazo y gracias por compartir tus recuerdos y los míos - nos vemos

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  4. Creo que has sido una persona muy afortunada por volver a vivir una experiencia que para algunos no es factible hacer ya realidad. Demasiado espacio arrebatado a la construcción, y mucha maquinaria puesta al servicio de la tarea.

    Un beso

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  5. La vida en el campo es dura... pero agradecida.
    Vivir y tocar el producto de la tierra, haciendola familiar para el resto de la humanidad es berlleza admirable.
    Trabajando el campo a conciéncia interna, es cómo hacer una bello saludo al sol, quien nos da la vida.



    Gracías.

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  6. Me encantaría pasar una jornada campestre como la tuya.Debe de ser muy duro, pero creo que la inmediatez de la naturaleza lo compensaría.
    Hace años que ya se sustituyó la mano de obra humana por el imperio de las maquinas.Eso genera pérdida en puestos de trabajo en todos los niveles de la sociedad aunque la productividad sea más rápida.Me alegro de que pasaras un buen día.Un abrazo con afecto.

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  7. Tiene que ser bonito trabajar la tierra. Nosotros tenemos una huerta pequeñita y un par de frutales y es una gozada comer de lo que cuidas con tus manos.

    Besos

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  8. Yo siempre que puedo me pierdo por valles y montañas. Tanta ciudad me oprime.

    Besossss.

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  9. Me gusta mucho el campo. Le has hecho un bonito homenaje... :)

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  10. Olá meu amigo
    Que sua semana seja cheia de realizações.
    Grande abraço

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  11. Miguel,aunque es una vida dura la del campo,antaño se adentraba en plena naturaleza y era como un elixir de vida.
    Bella entrada la tuya.
    Besos.

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  12. que hermosas fotos madroca!
    que buen momento pasarías ahí.

    Namasté amigo

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  13. Que bonito reportaje en directo como se trabaja el campo antaño. Hace años pasé una larga temporada en un pueblecito Navarro y cuando era época de esparragos ibamos al huerto a recogerlos , al principio me maravillaba como habia que escarbar para sacarlos, ahi aprendí a manejar con bastante esactitud la hora del sol..
    y sabia despues de horas entrariamos a comer..
    en mi mente mientras comia todavia estaba grabada la aparicion del esperrago a la superficie...y me duraba un buen rato....es un recuerdo de un pasado lejano.
    Miguel gracias por tus visitas...disfruto mucho cuando entras y me alegra te haya gustado
    la foto de las sombras, la verdad que es preciosa
    Un abrazo muy fuerte Begoña

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