viernes, 25 de diciembre de 2009

Carta a ... (4)

Otra de las cartas a mi hijo. Sigo opinando lo mismo







Otra cosa que me gustaría compartir contigo es la necesidad de que tengas ideas e iniciativa propias, te encontraras con gente que te querrá imponer las suyas, pero serás únicamente tú el que decidirá si te convienen o no, si consigues tener el criterio suficiente para aceptar lo bueno y rechazar lo malo podrás hacerlo todo en esta vida, aunque quiero advertirte que no siempre lo que te convenga a ti será lo más bello ni lo más fácil.

Conocerás gente muy fácil de influenciar, gente que no cambia por nada, gente que siempre duda, algunos nunca se deciden a la hora de decidir, otros aunque vean que van mal siguen adelante, tú hijo mío intenta tener tu propia ideología, convive en equidad contigo mismo, plantéate bien las cosas antes de hacerlas y si crees que están bien hazlas, lo más importante es que realmente te guíes por una línea, recta o curva pero que sea la que tú traces.




También decirte que huyas de los fanatismos, cualquier tipo de fanatismo es ilógico, irracional y completamente absurdo, cualquier persona que cree que su ideología esta por encima del bien y del mal no merece ningún respeto, cualquier persona que no atiende a ningún razonamiento, que únicamente esta dispuesto a aceptar como verdadero lo suyo, pierde todo el crédito que pudiera tener.




Por eso te pido que huyas de cualquier fanatismo y de los fanáticos, los reconocerás fácilmente, van acompañados de un séquito de ilusos sin ideas que muchas veces están allí sin saber realmente ni que defienden ni que alaban, siguiendo los pasos de un ídolo que les ha deslumbrado con falsas promesas que no se cumplirán. Dicho de esta manera parecerá hasta ridículo, pero no te engañes hijo mío, hay fanatismos que son los peores males de nuestra humanidad, si no, piensa cuanta gente esta muriendo en países pobres por culpa de los señores de la guerra, que venden en el mercado negro las ayudas humanitarias o gastan el dinero de la nación en comprar armas, o en que derecho les queda a las mujeres en las leyes de los talibanes, o como el fanatismo religioso ha desencadenado guerra tras guerra siglo tras siglo.




Todo esto te lo estoy explicando porque creo que una persona debe ser fiel a sus ideas, pero nunca llegar a pensar que es poseedor de la verdad absoluta, por mucho que queramos siempre habrá quien podrá enseñarnos, siempre habrá alguien que podrá demostrarnos que estamos equivocados. Por esto te aconsejo que recubras tu corazón de humildad y llegado el momento de asumir alguno de estos cambios en tu manera de pensar los aceptes con sencillez y dispuesto a ser mejor, la soberbia es una mala consejera, muchas veces nuestra propia soberbia nos ciega los ojos y el corazón, haciéndonos rechazar opiniones que son más validas que las nuestras, no creas que evitarlo es fácil, no lo es, pero si lo consigues recompensa y ayuda mucho.




Todas las actuaciones que emprendas marcaran tu manera de vivir y serán una fachada delante de los demás, acuérdate que los demás de ti solo ven la fachada pero tú vives en el interior, quiero decir con esto que a veces es mejor tener la fachada un poco sucia y el interior bien limpio que no una fachada reluciente y el interior sucio. No prejuzgues a nadie únicamente por lo que cuentan de él, no siempre el bien presentado es el mejor, detrás de bellísimas fachadas han aparecido grandes montones de estiércol.




Si vives acorde contigo mismo y respetando a los demás nunca tendrás el temor de que alguien se asome a tu interior, esta sensación es algo que nunca podrías comprar con dinero y es una de las más placenteras que existen.

La ideología de cada uno es totalmente libre, difícilmente tú y yo podríamos tener la misma, pues aunque pisamos la misma tierra, los conceptos y los tiempos cambian, la manera de ver las cosas no es la misma y te debes ceñir a tu tiempo y tu velocidad, no seré yo quien interfiera en tu camino. Solo decirte que podrás tener cualquier ideología pero no te olvides de que en tu manera de vivir debes dejar siempre un rincón para los sentimientos y para la responsabilidad, no te olvides de mirar alguna vez hacia tu interior, de preguntarle a tu corazón, se responsable de tus actos y también de tus sentimientos, son parte de ti, déjalos opinar también a ellos, te sorprenderán los resultados.

Quizá lo más importante sea esto, saber vivir en paz consigo mismo y a la vez con los demás, aunque raras veces podrás conseguirlo y cuando no lo consigas y debas decidir hacia donde inclinar la balanza, lo único que puedo aconsejarte es que eches mano a tu interior para analizar la situación, a veces funciona, no siempre, pero ten claro que la decisión final que tomes será la buena y en caso de no serlo, siempre estarás a tiempo de rectificar.






Texto y fotos; Miguel Adrover Caldentey

No hay comentarios:

Publicar un comentario